jueves, 4 de marzo de 2010

Me resulta imposible distinguir el principio del final.


Había sentido ya la muerte tras mi espalda, me había ido de las preocupaciones cotidianas, para la preocupación fundamental que se había convertido en la no respuesta eterna... después de saber que te puede doler el corazón y la mente al mismo tiempo que respiras mientras cada pulso te golpea como un látigo, puedes descubrir que hay canciones que hacen bailar al cuerpo, pero música que hace bailar al alma.

2 comentarios:

  1. Como me gustan estas cosas breves pero tan buenas!Te comenté algo en la entrada anterior y la lectura de la presente ratifica cada una de mis palabras.Aplauso sincero!

    ResponderEliminar
  2. Nurita, hace días que no paso a visitarte, he tenido un parón pero no por nada malo, simplemente Pereza, bueno antes se considera un Pecado Capital.
    Me he acordado cuando vivíamos en la Prehistoria.

    Me alegro de leerte y te mando un besote grande, grande.

    ResponderEliminar